Largué llegando a buscar un libro que no estaba.
Hice tiempo una hora y pico caminando por Corrientes esquivando carterazos, golpes varios y pungas.
Soporté alegremente la malaondez crónica de todos los vendedores de Once.
En el laburo me rompieron las pelotas sin parar hasta hacer que las 6 horas parezcan 18.
Pero nada, nada de eso opaca la felicidad de que el vecino viejo choto que se la pasa chusmeando y le dice a mi vieja que mi hermano llega tarde (es barman, pero aunque se pasara la noche bailando drogado arriba del parlante, a él que choto le importa!!!)...
Nada de eso opaca la felicidad, decía, de que ese viejo choto me haya visto llegando a mi casa en el auto de un cuarentón con un bollo de ropa entre los brazos... Amo darle de que hablar a la chusma.
viernes, 24 de agosto de 2007
Pequeñas satisfacciones de la vida cotidiana
Se preguntó
Cla
a las
18:33
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Jaja no gritaste de paso... "la pasé re bien"? como para condimentar un poco.
besotes clarita
Si ellos piden, hay que darles...
Superyo: No es su culpa, usted no tiene porqué adivinarlo, pero... si hay algo que no soporto... es que me digan Clarita!!! Clarita es la amiga de Heidi, yo soy Clara!!!! Jajajajaja gracias por pasarse, beso.
Pepina: Uno se debe a su público...
bien yhegua ja ja ja!!!
Bravo!!
perdone señorita Clara... no sabía, prometo que no volverá a pasar, pero yo lo decía porque me hizo acordar a un skech de les luthiers.
besotes
Decime por favor que al menos tenias un corpiño en la mano y te despeinaste en el camino para darle mas letra al geronte!
Pepina: Nos conocemos? jejejeje
SuperYo: Por hoy está perdonado.
Carito: Me hubiera gustado, pero me conformé con tirarle un beso con la mano ;)
JAJAJA
Ladran Sancho!
No hay nada más lindo que saber que la gente se ocupa de una.
Somos re importammmtes, vistess?
Publicar un comentario